Claro triunfo de la Albiceleste en Lima ante Perú por 2 a 0, con autoridad y un Lionel Messi intratable que marcó un doblete. Montiel y Romero salieron lesionados.
La Selección Argentina lo hizo de nuevo: apabulló a su rival ocasional, Perú, que no pudo hacer pesar la localía y sufrió otra contundente actuación de la Scaloneta que en la noche del martes se convirtió en la Violeta Mecánica para concretar otro triunfo claro por 2 a 0.
A los 3', Messi ya avisó con un zurdazo que se fue cerca del palo izquierdo de Pedro Gallese, y a los 10' pateó un tiro libre que contuvo el arquero.
Sin embargo, Perú tuvo las suyas con una entrada de Luis Abram entre los defensores argentinos que se fue muy cerca y un gran remate de Paolo Guerrero de sobrepique con Dibu Martínez en pleno retroceso. Salió apenas por arriba.
Pero a los 32' hubo una contra de Argentina tras corte de Nicolás Tagliafico, conducción de Enzo Fernández para Nicolás González y centro bajo para que Messi, en el centro del área, conectara de zurda para vencer por arriba a Gallese.
Apenas consumada la ventaja salió lesionado Gonzalo Montiel e ingresó Lucas Martínez Quarta en una posición improvisada, ya que Nahuel Molina no estaba ni en el banco por un golpe en la cadera.
Con la Scaloneta ya adueñada por completo de las acciones, a los 42', otra vez de contra, Nico González puso la pelota en el área y Messi definió de zurda, pero esta vez por abajo para establecer el 2 a 0.
La magia del 10 estuvo intacta y una apilada suya a los 44' dejó solo a Julián Álvarez que remató y encontró las manos de Gallese.
En el complemento y a pesar de que Perú dispuso 4 cambios desde el comienzo, nada cambió. El equipo de Lionel Scaloni dominó a voluntad las acciones y pudo haber aumentado la diferencia. El capitán convirtió un tanto a los 12' que fue anulado a instancias del VAR.
Y a los 21' casi mete otro tras una gran combinación con Nico González que lo dejó casi debajo del arco sin poder empujar al gol. Apenas después, un derechazo cruzado del 10 se fue apenas desviado.
La posesión absoluta de pelota, la presión constante y el culto de la triangulación decantaron en un claro e inevitable triunfo para comandar con puntaje ideal las Eliminatorias Sudamericanas.